El verano multiplica el tiempo libre y nos invita a salir de casa. Pero, más allá de quemar calorías o lograr fotos para redes, pasear por la naturaleza impacta directamente en nuestro cerebro. Estudios de las universidades de Stanford y Exeter muestran que 120 minutos semanales en entornos verdes reducen los niveles de cortisol y mejoran el estado de ánimo. En un paraje como Asturias, donde el verde y el azul se dan la mano, convertir las vacaciones en un “baño de naturaleza” es casi una obligación… saludable.
¿Por qué la naturaleza nos sienta tan bien?
El ser humano está diseñado para interpretar señales del medio: el murmullo del agua, la sombra de los árboles o el olor a tierra húmeda activan nuestro sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación. Al mismo tiempo disminuye la rumiación mental; el cerebro se entretiene con estímulos “blandos” (el vaivén de las hojas, la línea del horizonte) y deja de repasar preocupaciones. Añade a eso luz natural –que regula la melatonina– y actividad física moderada, y obtienes un cóctel perfecto contra la ansiedad y la depresión estival.
Verano asturiano: un gimnasio psicológico al aire libre
Imagina subir al Monte Naranco al atardecer; el sudor es ligero, el aire huele a hierba recién cortada y la vista de Oviedo te regala perspectiva. Esa escena típica es, en realidad, un ejercicio de regulación emocional: movimiento, luz y belleza se combinan para producir endorfinas y serotonina. Lo mismo ocurre si pedaleas tranquilamente por la Senda del Oso o caminas por el paseo costero de Gijón. El objetivo no es batir marcas, sino exponer cuerpo y mente a un entorno que favorece la calma.
Cómo integrar la actividad al aire libre en tus vacaciones
Empieza pequeño y constante: 20-30 minutos de paseo por un parque local cada mañana ya generan beneficios medibles. Si la motivación es baja, une el paseo a algo placentero: un café en una terraza o música suave en auriculares.
Varía el escenario: alternar mar y bosque estimula tu sistema sensorial y evita la monotonía. Prueba una ruta fluvial un día y un paseo playero al siguiente.
Calibra la intensidad: si buscas liberar estrés, prefiere caminatas o bici suave; si tu energía está al mínimo, un banco frente al Cantábrico para practicar respiración es suficiente.
Hazlo social, pero consciente: salir con amigos añade refuerzo positivo, siempre que la conversación no gire en torno a quejas laborales. Pactad momentos de silencio para escuchar el entorno.
Desenchufa el móvil: lleva el teléfono en modo avión salvo para emergencias. Observa colores, sonidos y texturas; esa atención plena espontánea es el verdadero “detox” digital.
Protege el sueño: realiza la actividad principal antes de las 20 h; así no alteras tu temperatura corporal ni tu melatonina nocturna.
Un extra si te cuesta desconectar
Convierte la salida en un mini-ritual terapéutico: al inicio, formula una intención sencilla (“hoy quiero aflojar la tensión de mis hombros”). Al final, dedica un minuto a notar cambios en respiración o estado de ánimo. Este pequeño chequeo refuerza la conexión mente-cuerpo y te ayuda a integrar la experiencia.
¿Cuándo pedir ayuda profesional?
Si, aun probando estas estrategias, sigues con apatía, insomnio o ansiedad constante, podrías necesitar apoyo extra. La Terapia Cognitivo-Conductual enseña a mantener hábitos saludables y a combatir pensamientos que sabotean el disfrute; la psicoterapia sistémica puede implicar a tu familia para repartir tareas y evitar discusiones sobre planes veraniegos. Consultar a tiempo evita que el malestar empañe la estación.
Conclusión
Vacaciones no significa necesariamente tumbona y cóctel; en un entorno privilegiado como Asturias, la naturaleza se convierte en tu mejor gimnasio emocional. Dedica al menos un par de horas semanales a perderte entre verde y azul. Tu cuerpo dormirá mejor, tu mente pensará más claro y el regreso a la rutina será mucho menos cuesta arriba.
¿Necesitas orientación para diseñar un verano que también cuide tu salud mental?
En Clínica Danái (Oviedo) creamos programas personalizados que combinan psicoterapia y actividad al aire libre. Escríbenos y empecemos a planear tu bienestar esta temporada.
Daniel Suárez Castro
Dr. en Psicología Clínica y Psicólogo General Sanitario - Director de Clínica Danái
Número de colegiado: O-03548
Psicólogo clínico en Oviedo con enfoque sistémico: trabajo con niños, adolescentes, adultos, parejas y familias. Compagino la práctica clínica con la docencia universitaria y la investigación para ofrecer intervenciones basadas en evidencia y adaptadas a cada contexto familiar y escolar.
