En teoría, los días largos y las vacaciones deberían levantarnos el ánimo. Sin embargo, alrededor de un 5 % de la población sufre lo contrario: irritabilidad, insomnio, ansiedad y pérdida de apetito que emergen cada junio y desaparecen cuando vuelve el otoño. Y aunque en Clínica Danái no utilizamos ni somos fans de las etiquetas, es lo que se conoce por síndrome afectivo estacional de verano (SAE-verano), menos conocido que su versión invernal, pero igual de real.
En el norte de España —Oviedo incluida— las horas de luz se alargan más de cuatro horas respecto a enero; si a esto sumamos olas de calor cada vez más frecuentes, tenemos la combinación perfecta para desencadenar el trastorno en personas vulnerables.
¿Qué lo provoca?
- Exceso de luz natural → La alta luminosidad vespertina retrasa la producción de melatonina y dificulta conciliar el sueño.
- Temperaturas elevadas → El cuerpo lucha por disipar calor; dormimos peor y acumulamos cansancio e irritabilidad.
- Cambios drásticos de rutina → Fin de curso, vacaciones y horarios irregulares desajustan nuestro reloj interno.
- Presión social y redes → Ver el “verano perfecto” de otros multiplica la sensación de no estar a la altura.
Cuando estos factores se combinan con un historial de ansiedad o depresión, el riesgo de desarrollar SAE-verano aumenta.
Señales de alerta
- Noches en vela (o sueño muy ligero) durante más de dos semanas.
- Pérdida evidente de apetito y peso.
- Estado de ánimo irritable, sensación de “nervios en la piel”.
- Desinterés por actividades que antes ilusionaban.
- Pensamientos negativos repetitivos: «Todo el mundo disfruta menos yo».
Si te reconoces en varios de estos puntos, es momento de tomar medidas.
Siete claves de autocuidado (sin complicarte la vida)
1. Oscurece y refresca tu dormitorio
Ventila a primera hora, usa persianas y un ventilador constante; los 20 °C son tu aliado.
2. Mantén horarios regulares de sueño
Acostarte y levantarte con una variación < 1 h —incluso de vacaciones— estabiliza tu reloj interno.
3. Modera la luz de la tarde
Pasea a la sombra y ponte gafas de sol a partir de las 18 h para ir “apagando” el cerebro.
4. Come ligero e hidrátate
Prioriza agua, frutas y ensaladas; evita alcohol y cafeína desde media tarde.
5. Haz ejercicio suave a primera o última hora
Treinta minutos de paseo rápido o yoga aumentan serotonina sin sobrecalentarte.
6. Limita la pantalla nocturna
Activa el modo noche a las 21 h y deja el móvil fuera de la habitación.
7. Practica respiración 4-6
Inhala 4 seg., exhala 6 seg. durante dos minutos para calmar tu sistema nervioso.
¿Cuándo acudir a un profesional?
- El malestar supera las cuatro semanas pese al autocuidado.
- Tu rendimiento laboral o familiar se resiente.
- Aparecen pensamientos desesperanzados o ideas de autofrustración.
Un psicólogo puede ayudarte con terapia sistémica y terapia cognitivo-conductual para regular sueño y pensamiento, o con EMDR si el verano activa recuerdos traumáticos.
Conclusión
No todos vibramos al mismo ritmo que el calendario. Si el verano te pesa, no lo ignores: con ajustes realistas y apoyo profesional puedes recuperar estabilidad y disfrutar de la estación sin sufrirla.
¿Necesitas orientación? En Clínica Danái (Oviedo) evaluamos tu caso y diseñamos un plan personalizado para que el calor no apague tu bienestar. Pide tu cita y empieza a cuidarte hoy.
Daniel Suárez Castro
Dr. en Psicología Clínica y Psicólogo General Sanitario - Director de Clínica Danái
Número de colegiado: O-03548
Psicólogo clínico en Oviedo con enfoque sistémico: trabajo con niños, adolescentes, adultos, parejas y familias. Compagino la práctica clínica con la docencia universitaria y la investigación para ofrecer intervenciones basadas en evidencia y adaptadas a cada contexto familiar y escolar.












