El síndrome del impostor no es un diagnóstico clínico del DSM-5, sino un patrón cognitivo-afectivo: personas competentes atribuyen sus logros a la suerte, minimizan su mérito y temen ser “descubiertas”. Aquí encontrarás una explicación rigurosa —qué es el síndrome del impostor, por qué aparece, cómo reconocerlo— y un plan de intervención con técnicas psicológicas validadas para superarlo en el trabajo, los estudios y la vida personal.
El síndrome del impostor (también llamado fenómeno del impostor) describe un conjunto de creencias y respuestas emocionales: atribución externa del éxito (“solo tuve suerte”), hipervigilancia social (miedo a ser evaluado) y perfeccionismo desadaptativo. Suele coexistir con ansiedad de desempeño, autocrítica y baja autoeficacia percibida. No significa falta real de competencia; significa desajuste entre evidencias objetivas y creencias sobre uno mismo.
¿Qué causa el síndrome del impostor?
El origen es multifactorial:
Aprendizajes tempranos y guiones familiares. Mensajes implícitos del tipo “vales si sobresales” o estilos parentales muy críticos favorecen esquemas de autoexigencia y miedo al error.
Contextos de alta evaluación. Ambientes competitivos, culturas laborales que confunden excelencia con infalibilidad o que carecen de feedback constructivo alimentan la duda.
Factores de género y minorías. La amenaza del estereotipo y la infrarrepresentación amplifican la autoexigencia y la vigilancia del rendimiento.
Rasgos y procesos personales. Neuroticismo, perfeccionismo mal adaptado, sesgo de confirmación (solo veo pruebas de mi insuficiencia) y comparación social ascendente constante.
Transiciones y éxitos rápidos. Ascensos, becas o hitos súbitos pueden crear disonancia entre la identidad previa y el nuevo rol: “aún no soy esa persona”.
Pedir valoración de caso gratuita
Si estos síntomas te suenan, da el primer paso con una valoración de caso gratuita
PIDE YA TU LLAMADA¿Cómo se cura el síndrome del impostor?
No requiere “curarse” no es una enfermedad, se interviene sobre creencias, conductas y emociones:
Psicoeducación y evaluación: clarificar el fenómeno y evaluarlo.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): trabajar con las creencias (todo-nada, descalificación de lo positivo), experimentos conductuales y registro de evidencias.
ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso): relación flexible con la autocrítica, defusión de pensamientos y acción guiada por valores.
Terapia focalizada en la compasión: entrenamiento de autocompasión para reducir la vergüenza y la amenaza interna.
Intervenciones organizacionales: feedback específico, mentoría, normalización del error como fuente de aprendizaje.
En casos con trauma o acoso previos, valorar abordajes complementarios (p. ej., EMDR) dentro de un plan clínico.
¿Tengo el síndrome del impostor?
Haz un autochequeo orientativo (no diagnóstico). Si en las últimas 4 semanas:
Minimizas logros y te incomodan los elogios.
Piensas “cualquiera lo habría hecho” o “engañé a todos”.
Evitas retos por miedo a quedar expuesto.
Trabajas el doble para “compensar” una supuesta incapacidad.
Si te reconoces en varios puntos y te genera malestar o deterioro funcional, consulta con uno de nuestros psicólogos en Oviedo para una evaluación formal.
Recuerda siempre que: la etiqueta no es lo importante sino el cambio.
Saber más: Miedo al fracaso: estrategias psicológicas
Tipos de síndrome del impostor
El perfeccionista
Autoestándares imposibles y atención selectiva al error. La ecuación es “100% o fracaso”.
El experto
Cree que “aún no sé lo suficiente”; acumula cursos y pospone acciones hasta dominar “todo”.
El genio natural
Necesita rendir sin esfuerzo visible; si requiere práctica, lo vive como evidencia de incapacidad.
El solista
Evita pedir ayuda para no “confirmar” que no puede; hipervalora la autosuficiencia.
El superhumano
Intenta sobresalir en todos los roles (trabajo, familia, estudios). Cuando uno falla, confirma su narrativa de “fraude”.
Consejos para superar el síndrome del impostor
Nombra y normaliza
Pon etiqueta al fenómeno y recuerda: dudar no te hace impostor; te hace humano. La psicoeducación reduce vergüenza y aislamiento.
Reasigna el éxito con equilibrio
Usa la fórmula Esfuerzo + Habilidad + Contexto. Ni todo es suerte ni todo es mérito individual.
Ajusta estándares
Convierte metas “perfectas” en criterios suficientes y define errores aceptables. Trabaja por iteraciones.
Practica exposición gradual
Diseña micro-retos (presentar 3 minutos, pedir feedback, publicar un borrador). La evidencia vivida desmonta la evitación.
Pide feedback específico
Solicita ejemplos concretos de lo que funcionó y lo que mejorar; evita preguntas globales del tipo “¿estuvo bien?”.
Entrena autocompasión
Usa respiración compasiva y diálogo interno amable. La dureza no te hace más competente; solo eleva el estrés.
Cultiva redes y mentoría
Compartir experiencias con pares y contar con figuras mentoras disminuye la ilusión de “ser el único”.
Cuida las bases biológicas
Sueño, ejercicio y nutrición estables reducen reactividad fisiológica y mejoran la autorregulación.
Saber más: Dormir mejor reduce la hipervigilancia.
Consejo de nuestro experto en psicología
“La competencia real no necesita disfraz: se sostiene en evidencias, no en perfección.” — Daniel Suárez Castro, Dr. en Psicología Clínica. Clínica Danái.
Conclusiones
El síndrome del impostor es un mecanismo de autoevaluación sesgado, no un fallo de capacidad. Nace de la interacción entre historia personal, contexto y exigencias actuales. Se supera combinando psicoeducación, intervenciones terapéuticas (TCC, ACT, compasión), exposición conductual y apoyos organizacionales. La meta no es eliminar la duda, sino relacionarnos de forma más sana con ella para actuar con criterios realistas y sostenibles.
Referencias
Clance, P. R., & Imes, S. (1978). The impostor phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention. Psychotherapy: Theory, Research, Practice, Training, 15(3), 241–247. https://en.wikipedia.org/wiki/Impostor_syndrome
Mak, K. K. L., Kleitman, S., & Abbott, M. J. (2019). Impostor phenomenon measurement scales: A systematic review. Frontiers in Psychology, 10, 671. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.00671
Bravata, D. M., Watts, S. A., Keefer, A. L., Madhusudhan, D. K., Taylor, K. T., Clark, D. M., Nelson, R. S., Cokley, K. O., & Hagg, H. K. (2019). Prevalence, predictors, and treatment of impostor syndrome: A systematic review. Journal of General Internal Medicine, 35(4), 1252–1275. https://doi.org/10.1007/s11606-019-05364-1
Para, E. (2024). Interventions addressing the impostor phenomenon: A scoping review. Frontiers in Psychology, 15, 1328160. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2024.1328160
Sheykhangafshe, F. B., Nouri, E., Savabi Niri, V., Choubtashani, M., & Farahani, H. (2024). The efficacy of cognitive behavioral therapy on mental health, self-esteem and emotion regulation of medical students with impostor syndrome. Educational Research in Medical Sciences, 13(2), e147868. https://doi.org/10.5812/erms-147868
Al Lawati, A. (2025). Impostor phenomenon: A narrative review of manifestations, consequences, and interventions. Middle East Current Psychiatry, 32(1), 5. https://doi.org/10.1186/s43045-025-00512-2
TopDoctors. (2024). Síndrome del impostor: Qué es, síntomas y tratamiento. Recuperado de https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/sindrome-del-impostor/
Daniel Suárez Castro
Dr. en Psicología Clínica y Psicólogo General Sanitario - Director de Clínica Danái
Número de colegiado: O-03548
Psicólogo clínico en Oviedo con enfoque sistémico: trabajo con niños, adolescentes, adultos, parejas y familias. Compagino la práctica clínica con la docencia universitaria y la investigación para ofrecer intervenciones basadas en evidencia y adaptadas a cada contexto familiar y escolar.












