La terapia sistémica: entendiendo los problemas desde el entorno

abril 28, 2025

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Daniel Suárez Castro

Director de Clínica Danái · Especialista acreditado en Terapia Sistémica · Psicólogo General Sanitario (Nº col. O-03548)

La terapia sistémica es un enfoque terapéutico que entiende que nuestras emociones, pensamientos y conductas no ocurren en el vacío. Al contrario, están profundamente influidas por las relaciones cercanas y los sistemas a los que pertenecemos: familia, pareja, amigos, escuela o trabajo. Además, este enfoque entiende que todo lo que hacemos es comunicación. Cuando estás en el autobús y no quieres hablar con nadie, seguramente pones los auriculares y miras por la ventanilla, ¿verdad? Estás comunicando sin hablar.

Por eso, en lugar de centrarse solo en la persona que acude a consulta, esta terapia mira el contexto relacional que la rodea. El objetivo no es buscar culpables, sino comprender los patrones de interacción que pueden estar manteniendo el problema… y transformarlos.

¿Cómo funciona la terapia sistémica?

A diferencia de otros modelos más individuales, el terapeuta sistémico:

  • Explora las relaciones significativas de la persona (familia, pareja, amigos, trabajo…).
  • Identifica patrones de comunicación o roles repetidos que generan malestar.
  • Ayuda a cambiar dinámicas disfuncionales por otras más funcionales y efectivas.

A través de este enfoque se puede trabajar con toda la familia, con una pareja, o con una persona sola. Es eficaz en todas las situaciones.

Una visión relacional de los problemas psicológicos

Desde esta perspectiva, un síntoma, como ansiedad, tristeza o conflictos de conducta, puede estar reflejando tensiones dentro del sistema relacional o fracasos al lograr ciertas metas.

Por ejemplo:

  • Un adolescente con rebeldía constante quizá responde a pautas de comunicación rígidas o falta de conexión emocional en casa.
  • Una persona con baja autoestima puede haber interiorizado mensajes negativos de su entorno familiar o laboral.
  • Una pareja que discute sin parar puede estar atrapada en un ciclo de críticas y defensas que ambos alimentan sin querer.

El terapeuta ayuda a reencuadrar la situación, facilitando nuevas formas de entenderse y relacionarse.

¿En qué contextos puede aplicarse?

La terapia sistémica es útil para muchas situaciones:

Conflictos familiares persistentes

Discusión constante, roles rígidos (“el rebelde”, “el mediador”), problemas de convivencia… todo esto puede abordarse desde un enfoque colaborativo.

Crisis de pareja

Distanciamiento, celos, falta de comunicación, desacuerdos frecuentes, sensación de estancamiento. Se trabaja para identificar patrones negativos y sustituirlos por otros más constructivos.

Dificultades con hijos/as adolescentes

Problemas de conducta, rebeldía, aislamiento, falta de comunicación. Aquí se fortalecen los vínculos, se ajustan los límites y se fomenta la comprensión mutua.

Cambios vitales importantes

Separaciones, mudanzas, pérdida de un ser querido, llegada de un nuevo miembro a la familia… todos estos eventos pueden desestabilizar la dinámica del sistema.

Cuando un miembro atraviesa una crisis

Depresión, ansiedad, enfermedades crónicas o adicciones. El enfoque sistémico ayuda a que el entorno sea un recurso de apoyo y a que analizar por qué fracasamos en lo que estamos intentando conseguir.

¿Cómo se trabaja en consulta?

El terapeuta sistémico no da lecciones ni busca culpables. Su rol es facilitar el diálogo, el entendimiento y el cambio. Algunas herramientas que suele emplear son:

  • Reencuadre del problema: ver la dificultad desde otra perspectiva.
  • Identificación de patrones: detectar ciclos de interacción que repiten siempre el mismo conflicto.
  • Entrenamiento en comunicación: mejorar la forma en que cada miembro se expresa y escucha.
  • Tareas prácticas: probar en casa nuevas formas de actuar.
  • Espacio neutral y seguro: donde todos puedan hablar y sentirse escuchados.

El proceso se adapta siempre a las necesidades del grupo o persona. A veces participa toda la familia; otras veces, solo una persona que desea mejorar su entorno desde su propio cambio.

Beneficios del enfoque sistémico

Comprensión profunda del problema

No se trata de “arreglar a alguien”, sino de ver cómo interactúan todos los elementos del sistema.

Resolución de conflictos desde la colaboración

Los problemas dejan de ser batallas individuales y se abordan como retos compartidos.

Reajuste de roles dañinos

Muchas veces una persona carga con un rol que no eligió (“el que siempre cede”, “la que cuida a todos”, “el que nunca habla”). Identificarlos y modificarlos libera y ayuda.

Fortalecimiento de los vínculos

Al cambiar la forma de relacionarse, las personas se sienten más conectadas, comprendidas y apoyadas. Se construye un clima emocional más saludable y duradero.

Conclusión: crecer juntos, no solos

La terapia sistémica nos enseña que muchos problemas tienen solución si se entienden en contexto. Y que, a veces, cambiar una parte del sistema (una actitud, una forma de hablar, una rutina familiar) puede tener un efecto positivo en todo el conjunto.

En Clínica Danái (Oviedo) trabajamos con este enfoque y contamos con formación específica en el mismo. Ya sea en familia, en pareja o de forma individual, la mirada sistémica ofrece caminos reales para mejorar la convivencia, resolver conflictos y crecer juntos. Pide una primera cita. En Clínica Danái te acompañamos con un enfoque humano, cercano y profesional para que vuelvas a sentirte bien contigo mismo/a y con quienes te rodean.

foto autor daniel

Daniel Suárez Castro

Dr. en Psicología Clínica y Psicólogo General Sanitario - Director de Clínica Danái

Número de colegiado: O-03548

Psicólogo clínico en Oviedo con enfoque sistémico: trabajo con niños, adolescentes, adultos, parejas y familias. Compagino la práctica clínica con la docencia universitaria y la investigación para ofrecer intervenciones basadas en evidencia y adaptadas a cada contexto familiar y escolar.

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